La ciudad como máquina climática
La adaptación al clima no es algo nuevo en la arquitectura. Hemos desarrollado ciudades y pueblos basados en el clima local durante mucho tiempo. En Grecia, por ejemplo, las calles estrechas, las casas blancas y sin ventanas (o pequeñas) fueron diseñadas para mantener los interiores de los hogares frescos durante veranos calurosos. Esta es la morfología urbana: el estudio de la formación y transformación de ciudades y pueblos a lo largo del tiempo. Según Duzan, “Como diseñadores, hemos perdido eso. Ahora diseñamos edificios donde el clima interior es de unos constantes 21 grados Celsius. Pero con el uso de la tecnología y no a través del diseño ". Además, las ciudades cada vez más tienen una mayor densidad de población. Agregar un piso adicional a un edificio influye en el microclima. Plantar árboles tiene un impacto. Es fundamental hacer una intervención inteligente en el microclima de una ciudad, donde tenemos que entender que los edificios tienen un gran impacto. Los municipios deben asumir un papel de liderazgo, no solo en relación con los espacios públicos, sino también con los edificios privados. En Rotterdam, por ejemplo, la municipalidad está implementando techos verdes multifuncionales, una cooperación sinérgica entre intereses públicos y privados para la instalación de techos que aborden cuatro problemas clave en sostenibilidad: la biodiversidad y estrés por calor (verde), la captación de agua (azul), la producción de energía (rojo) y el uso multifuncional (morado).
La economía del futuro
Rotterdam siempre ha sido pionera en arquitectura e innovación. Según la revista Metropolis Magazine, es una de las mejores ciudades del mundo para vivir, trabajar y divertirse. El Dutch Windwheel es un edificio que entra en la categoría de 'La economía del futuro'. La idea surgió en un bar donde Duzan y Johan Mellegers, exdirector de Kinderdijk , hablaban sobre la creación de una nueva atracción turística sostenible para la ciudad de Rotterdam. Idearon el concepto de una combinación del London Eye y un molino de viento del futuro.
El edificio final es un diseño impulsado por la innovación. De hecho, la innovación empezó a dar forma al diseño del edificio. El Windwheel está optimizado para recolectar (y almacenar) energía eólica y solar. Es un parque solar vertical y una máquina de viento, de ahí su forma. También cuenta con un sistema de agua circular: capta el agua de lluvia y la usa para regar las plantas y descargar los inodoros. Extrae calor, nutrientes y fosfatos de las aguas residuales. En todos los niveles integramos el verde con el uso de la piel inteligente (un área de energía pasiva) lo cual nos permite ventilar el edificio de forma natural.
En el proceso de diseño, se nos ocurrieron ideas para las que aún no había tecnología disponible. Entonces, después de formar Windwheel Corporation (DoepelStrijkers, Meysters y Bloc), creamos nuestra propia plataforma de innovación y construimos una maqueta de una habitación de hotel en el Windwheel en colaboración con 33 proveedores.
La construcción como servicio
También empezamos a pensar seriamente en la circularidad. ¿Cómo sería posible transformar este proyecto en un edificio modular, haciéndolo replicable en otras ciudades y ajustándolo a diversas necesidades? Gran parte de los espacios en el edificio necesitaron ser modulares y adaptables. En resumen, todo se basó radicalmente en repensar la manera en la que construimos edificios. Uno debe considerar los edificios como una colección de servicios. Este modelo se denomina: La construcción como servicio. Cada capa se separa y se analiza como un componente por separado. Cada capa puede considerarse un conjunto de servicios. Por ejemplo, tenemos contratos de desempeño con un proveedor de paneles solares para nuestra fachada. El proveedor sigue siendo dueño de los paneles y garantiza un cierto nivel de abastecimiento de la energía. Es interesante trabajar juntos de esta manera. Además, otro proveedor entrega los pisos flexibles que nos permiten mover cualquier elemento (por ejemplo, un inodoro) a cualquier lugar. Esto lo hace adaptable, lo cual es un requisito fundamental en la economía circular. Junto con la estructura flexible, el edificio es totalmente modular y adaptable. Los apartamentos pueden ser transformados en un hotel, y así sucesivamente. Esto llevó a un artículo periodístico titulado: En el futuro viviremos sobre la base de contratos de servicios.
La economía del futuro necesita una arquitectura del futuro. Yo lo llamo: Arquitectura climática. Debemos empezar a diseñar edificios que sean moldeados por el clima.
Duzan Doepel
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